sábado, 4 de abril de 2009

LA VIDA SIN MI

¡Que nadie se asuste! Si hay algo que no me gusta en esta preciosa VIDA, es ser víctima o protagonista de una tragicomedia. ¡Pánico me da! Ni hablar.
La vida sin mí, se me ha ocurrido al comprobar lo fácil que me resulta agarrarme el corazón con las dos manos y exprimirlo, como la balleta que tenía en Cuba, porque no teníamos fregona, igual, la exprimía una y otra vez. Sólo que de la bayeta salía un agua sucia y caía en un cubo que después se tiraba, el esfuerzo se veía recompensado con el brillo de aquellas baldosas, combinadas de cuatro en cuatro para formar un dibujo, y del corazón sale un chorro de agua limpia que cae en los que nos rodean diariamente, se le cuela dentro y hace que le brillen los ojos. Yo diría que untarle a alguien un te quiero es tan bueno como untarle betún a los zapatos, ¡como nuevos!
Todo ese amor que transmitimos en gestos, miradas, caricias, palabras, o largos y bellísimos silencios, es lo que mañana, cuando yo no esté, todos recordarán. Y al recordarme, quiero una enorme sonrisa, esa con la que me levanto, y ésa misma con la que me acuesto. Y si alguna vez un bello recuerdo se tira por un tobogán imaginario y nos sabe a sal, también es bueno, muy pero que muy bueno.
Es lo bello de la vida conmigo, a tope de sentimientos que quiero saborear, antes de que esa vida esté sin mí.
¿Larga? ¿Corta? No tengo ni idea. Cada dia lo estreno en blanco, lo miro a los ojos, le escribo y le pongo música. Alegría.
¡Vaya! Estamos en primavera, el lunes me compraré una plantita de Alegría, creo que al lado del tecladito del ordenador, quedará de vértigo. Es una plantita de temporada, me durará éso mismo, pero cuando de nuevo llegue el otoño, y ella ya no esté, me habrá dejado un bonito recuerdo, aunque la vida en ese momento, sea sin ella.

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