NOSSA SENHORA DO CARMO, MINHA SENHORA

Foi assim sem pensar que eu te encontrei à minha frente, uma tarde qualquer, enquanto estava a dar um passeio pelas ruas do Porto.
Só sei que todas as tardes os meus pés iam sozinhos à tua procura. Tanta paz ao pé de ti! Eu fiz uma promessa, embora esteja de férias no meu Porto querido, o tempo sempre vai dar para te visitar. Não esqueças isto nunca. Agora sei muito bem onde é que tu estás e com certeza, tu também sabes onde é que eu estou. Neste momento senti a necessidade de te abrir o meu coração mais uma vez, sem dúvida são sete horas e vinte, portanto está na hora de te contar as minhas preocupações, os meus pensamentos e o fraquinho que eu tenho por alguém muito especial que só eu e tu sabemos, não é?
Então Minha Senhora, lembro-me muito de ti, não te esqueças de mim. Não fiques preocupada, o meu coração é assim, quer alegre, quer triste, mas sempre sempre vivo e muito bem disposto para bater depressa perante todas as emoções que estão por volta de mim. Obrigada por me ouvir.

MI QUERIDO OPORTO!!

Mis viajes a Oporto comenzaron para practicar portugués, pero poquito a poco, esta Ciudad y sus personitas, se fueron adueñando de mi corazón hasta sentirme entre ellos como pez en el agua.
El paseo turístico en el barco rabelo, cargaditos de historia, es inolvidable. Mientras este barquito cruza el Rio D'Ouro haciéndole la raya al medio, ese sol de Oporto te abrasa la piel y las gotitas heladas que te salpican, se encargan muy bien de refrescártela. ¡Que sensación! A excepción de una pareja que subió gritándose porque él venía rezagado, con lo cual pensé "estos dos hace mucho, pero mucho tiempo, que deshojaron la margarita" ¡que desperdicio de paseo!
Las tardes en la Avenida Aliados, donde un portuense vestido con modesto traje, señor de cierta edad, tenia un despliegue de aparatos de música, a todo volumen, llenándolo todo con música portuguesa, el espacio vacío lo llenaron unos pequeños increiblemente alegres y atléticos, que debajo de su pantalón corto, traian un bañador. Uno detrás de otro, se fueron tirando de cabeza en la fuente, nadando al compás de aquella música y alborotándolo todo con sus risas. Yo me sentí tremendamente felíz envuelta en aquel ambiente, y cuando un matrimonio de turistas con dos niñas que dejaban una estela de perfume caro infantil, invadieron nuestro espacio para grabar aquella cálida imagen, me sentí incómoda por robar esa intimidad que estábamos disfrutando. "Siéntense, señores, aqui muy cerquita de nosotros, y vívanlo sin más", pensé. ¿Para qué llevarse esa imagen en la cámara? Llévensela en el corazón, nunca se borrará, yo se lo aseguro.

MIS ADORABLES PROGENITORES...TAN VIEJECITOS Y TAN NIÑOS

Esa visita diaria que les hago a las 8:15 de la mañana antes de ir para el trabajo, se ha convertido en algo necesario y especial para mí.
Abro la puerta y me inunda el olorcito a café, su mesita puesta para el desayuno, margarina para uno, mantequilla con sal para otro. ¿Prisa? ninguna, todo el tiempo del mundo, pero sin embargo, es la hora en que están más espabilados y donde puedo meterme con ellos, charlar un rato, reirme o ¿por qué no? reñir un poquito si hace falta.
Son como una cajita de sorpresas, o te encuentras que el solito se ha cortado el pelo la tarde anterior porque le molestaba, o está cosiendo a mano un botón, o se ha acordado de la vieja máquina de coser, la limpia, la engrasa, y cose todo lo que encuentra. ¿Qué pensará mientras cose, fundas de almohadas, trapitos, mi sandalia? Pues con ochenta y dos años, seguramente pensará que no ha sido fácil poner remiendo a tantas y tantas cosas que se le han roto en su largo camino recorrido.
Viejitos....Viejitos......¡tan niños otra vez!

LA PROFUNDIDAD DE CADA SER HUMANO

Cuando mi despertador suena a las 6:45 h., rutinariamente, dia tras dia, me encierro en mi cocina, enciendo la radio, y mientras cuela el café de mi vieja cafetera italiana, mi licuadora tritura todo tipo de frutas para mi hijo y para mí. Desayuno mientras escucho las noticias, y cualquier cosita que me llame la atención, dispara el interruptor de mi imaginación. Es verano, nos avisan que antes de tirarnos de cabeza al mar o a la piscina, midamos esa profundidad, porque los daños medulares ya serán irreparables y hay muchos accidentes de este tipo. Pulso mi interruptor, retrocedo hasta tener 5 años, no más, y pienso "éso es, cada persona es como una piscina, antes de tirarnos de cabeza, tenemos que medir cuánto cabemos dentro de ella". Vuelvo a darle al interruptor, avanzo de nuevo años, hasta llegar a lo que soy, mujer madura dentro de mis sueños. En la piscina nos señalan la produndidad, una simple ojeada, basta para saber lo honda que es. Tirarte de cabeza dando lo mejor de ti a personas que no conoces, puede dejarte huellas, no llevan un letrerito en la frente 0,50 metros, 1,50 metros, 2 metros. Puedes llevarte un golpe brutal. Es mágico mirar a través de ingenuos ojos infantiles y reaccionar fríos como adultos.

SOÑAR DESPIERTOS

Que gran privilegio poder soñar despiertos. Yo me dedico todos los dias, aunque sólo sean, cinco minutos. Me he dado cuenta de lo fácil que me resulta, tal vez, porque llevo años de entrenamiento. Lo hago desde niña. Soñaba que navegaba en un velero y un pirata enamorado me rescataba, otras veces, que dormía en una silenciosa buhardilla, sobre un montón de heno, y un agujero en el tejado me permitía contemplar una luminosa luna llena. En esa placidez, me dormia. Poco a poco, fui descubriendo que era una terapia inigualable y al alcance de mi mano, sólo me bastaba cerrar los ojos, y soltar amarras. Yo no podría ya vivir sin soñar todos los dias un ratito, el escenario y los actores, los elijo yo. ¡Que joya tan preciada la imaginación! Puedes tener todo lo que se te antoje, gratis. Noto poquito a poco, como mi corazón me lo agradece.