miércoles, 14 de enero de 2009

YA HUELE A PRIMAVERA


Yo adoro las cuatro estaciones del año, son diferentes y unas van dando paso a otras, pero todas son preciosas.
Puedo comparar las estaciones del año, con las etapas de la vida de las personas.
¿Quien no ha tenido una etapa de otoño en su alma? A los árboles se les caen las hojas y su apariencia es tristona. Con el invierno, el frío hace que el paisaje se vea como dormidito. Y ni hablemos de la sequia en el corazón.
Sólo tenemos que dejar "que pase el tiempo". Después de una etapa otoñal en el corazón, el tiempo, poquito a poco, sin ninguna prisa, irá poniéndolo todo en su lugar. Como una pequeña plantita, vas asomándote timidamente a los nuevos rayos del sol, la savia nueva empieza a correr otra vez por tus venas, naces más fuerte, con sueños que ni imaginabas, como si alguien mágico lo hubiera pintado todo de colores sólo para tí. Y jugar, ganas de jugar siempre como cuando éramos niños. Aparte del tiempo, algo especial te tiene que despertar de nuevo a la vida, si no, no sería posible.
Cuando mis tres retoños llegaron a mi vida, yo tenía toda la primavera en mi interior y en mi exterior, me llenaron de ternura, de preciosas ilusiones, de responsabilidad y de un inmenso amor de madre. Vigilé sus sueños noche tras noche y los protegí celosamente de dia. He logrado que sean capaces de vivir sus propios sueños y que aprendieran a escuchar, antes que a nada, a su corazón. Esa asignatura no me ha quedado pendiente y me siento orgullosa. Dos nuevos retoños están a punto de asomarse a la vida, pero esa asignatura, no me corresponde aprobarla a mí, sería como robar un tesoro que pertenece a sus papis y que nunca se perdonarían dejarla pendiente. Ellos vigilarán sus sueños y los enseñarán a volar a su manera. Y yo, a la mía, también estaré siempre a su lado.
Hoy, me siento enormemente sorprendida de haber encontrado en mi camino algo que me ha resucitado, que me ha hecho sentir cosas que jamás nadie supo hacer, que ha pintado de nuevo una bellísima sonrisa que se me habia borrado, ganas de juguetear y de hacer travesuras. Y no me atrevo a pedir nada más, me conformo con que me hayan tocado con una varita mágica imaginaria, que me hace sentir de manera tan bella.
Siempre gracias, mi mágico ser, por primera vez en mi vida, sin dejar de mirar a unos cálidos ojos, se me ocurre mirar sólo al frente.

No hay comentarios: