sábado, 31 de enero de 2009

MI CAJITA DE BUENAS VIBRACIONES

Hace algún tiempo, se me ocurrió dedicar una cajita a las cosas que, al mirarlas, me aportaban alegría. Quizás por el color, quizás por la imagen, por lo que transmiten, no lo sé. Me hacian sentir bien.
El perrito de la lotería, "Pancho", fue mi primera "víctima". Pero a él no lo metí en la cajita, lo coloqué en un marquito de fotos y lo tengo en la entrada. ¿Tontería? Posiblemente. A mí me encanta entrar todos los días, y ver sus ojitos dulces y vivos. Lo tengo al lado del teléfono, así que cuando una conversación se alarga, él está siempre presente.
La segunda "víctima" de mis sentimientos sin control, era una niña, alargando el brazo para intentar agarrar una manzana verde y brillante, la ilusión que expresaba su sonrisa era como "¡uy, casi te tengo!". La encontré en la sección de frutería de una propaganda de un gran supermercado. Para mi cajita también. No me he parado a contar cuántas cositas tengo en mi cajita de buenas vibraciones, porque son muchas.
Las cosas que no son recortables, pero que me producen la misma sensación, las guardo en mi corazón. Al fin y al cabo, es la cajita más perfecta que existe.

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