viernes, 23 de enero de 2009

SUAVE Y VALIENTE CONSTANCIA


Comencé a nadar por recomendación médica, para fortalecer los músculos de mi espalda. Aprendí con monitores, que durante tres años me enseñaron. Para lograr resultados, he tenido que ser muy constante y valiente, porque tenia mucho miedo cuando empecé, demasiada agua alrededor de mi cuerpo.
El contacto con esa agua tibia es un bálsamo para los sentidos. Suficiente para perder el miedo en un segundo, cronometrado por un reloj imaginario, y zambullirme. Me olvido de los deportistas que nadan a mi alrededor, con su reloj real con cronómetro que marca, segundo a segundo, su velocidad. Me gusta nadar suavemente y durante mucho tiempo, soñando que soy una sirena y que tengo todo el mar para mí sóla. Pronto despierto, porque en el fondo de la piscina, hay una línea recta negra, de un extremo a otro. Mientras nado muy despacio por encima de ella, pienso que de igual manera he trazado esa linea fuera del agua, imaginariamente, y sin desviarme me he mantenido fiel a un pensamiento, igual de valiente y con la misma suave constancia. No me ha costado, ni me cuesta, ningún esfuerzo. No quiero "llegar antes", sólo quiero "llegar mejor". Tan sólo, a tiempo.

No hay comentarios: