domingo, 9 de agosto de 2009

¡TAN SOLO POR DOS EUROS Y VEINTISEIS CENTIMOS!


Lo que cuesta un billete de ida y vuelta, en un autobús. Para todo lo demás, ¿una tarjeta de crédito? no. Tan sólo ganas.
Ganas de tumbarme en esa toalla que pone Verano, y mirar al frente, pensando que toda esa agüita azul me espera. ¿Por qué estará tan salada? Tal vez sean lágrimas de Sirena. Pienso en ellas, en su canto, mientras el sol me dá de pleno en las piernas. Y vuelvo a mi libro, que cerré por un momento mientras escuchaba en mi diminuta radio a la Quinta Estación, no puedo concentrarme mientras escucho su letra, Recuérdame, amándote, mirándote a los ojos, atándome a tu vida, recuérdame.
No. no consigo volver a mi lectura, hasta que acaba la canción.
Decido dar un paseo, para acostumbrarme poquito a poco a la frialdad de esa agua donde me meto y me quedo hasta salir con las yemas de los dedos arrugadas. Así salía del mar en Varadero. Es una suerte que mis piés hayan tocado suelo vigués, no tengo a Varadero y su agua caliente, pero sigo teniendo un mar que nunca se negará a abrazarme cuando yo se lo pida.

No hay comentarios: