miércoles, 24 de junio de 2009

PSICOFONIA

Después de la mágica Noche de San Juan, donde a fuego vivo ardía toda esa madera, recordé que me gusta mucho más el fuego lento, para que suavemente ese calor me recorra toda por dentro y no me achicharre en poco tiempo por fuera.
Mis frágiles muñecas se rinden a la suave presión de sus delicadas manos. Mis párpados cerrados parecen un manjar entre sus cálidos labios.
Un sabor a sal me despierta, y me siento prisionera de mi libertad sin él.
Mezclar la magia de la Noche de San Juan con la bella canción de Gloria Trevi, me ha tocado de nuevo la sensibilidad, olvidándome en sueños que prometí agarrar con las dos manos la vida y sacudirla con fuerza ante mis ojos abiertos.
Mi fantasmita, ¿cuando dejarás de ser el dueño de mi locura?
Nunca hubieras imaginado que yo pudiera rendirme de esta manera ante tí, ¡vaya susto te has llevado! ¡que fantasmada la mia! ¡y que locura!

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