jueves, 4 de junio de 2009

¡POPIIIITO! TU AMIGO PYPO TA AQUI


Popo, ya sé que soy un hipopótamo muy pesadito, pero no importa. No sólo tienes ternura, tienes más paciencia aún.
Ya hacía días que no te escribía, Popo, eres mi amiguito preferido y no quiero dejar de hacerlo, no, no quiero.
Mientras la jefa escucha a su Henry, al tiempo que limpia unos CDs para guardarlos, yo te escribo. ¡Ay va! Si ves que cajas se compró más chulis para guardar cositas. Dice que fue al Bazar de la Felicidad, de ésos que entras y te quedas más tiempo del que creías. Ella lo toca todo, además en éste de hoy tuvo suerte, no la persiguieron ni nada, registró y tocó todo lo que quiso. Tres cajas de distintos tamaños, verdes y con tréboles de cuatro hojas, ¡cuatro hojas, ¿oiste?! ¡que suerte!, bombillas y cuelgafácil, ¡ah! y un cuchillito pequeño, pero muy afilado para cortar la fruta del zumo que hace por la mañana, bueno, ésto no, lo dejó en el sitio de las bombillas porque no le llegaba la pasta y el espejo sólo tenía una. ¡que abandonada! O bombillas o cuchillo, pensó. Bombillas. Claro, ahora acabó las clases y tiene más tiempo para mirarse en el espejo la muy presumida. ¡Ay Dios! tú deja que se mire mañana con todas las bombillas puestas, cuando se levante, me voy a tronchar del susto que se va a llevar. Ella ya está acostumbrada a verme revolcar en el pasillo cuando me rio de ella, pero no me hace ni caso, pasa de mí.
¡Menudo plato de caldo gallego se acaba de meter entre pecho y espalda! Menos mal que la cama es de matrimonio, aunque engorde, cabemos los dos. Ella se procupa de no engordar, nada y come, nada y come, nada y come. Y cuando no nada o come, trabaja. No, no engorda no. Bueno, también baila. jejeje
Te dejo macho, creo que empieza a sonar la canción que más le gusta y tengo que estar a su lado.
Oye, Popo, acuérdate de Pypo ¿eh? Estés donde estés.

No hay comentarios: