sábado, 6 de junio de 2009

DISFRACES


¡Que preciosas canciones tenemos el privilegio de escuchar los sábados por la mañana!
Luis Miguel, ¡que pedazo de canción! ¿En qué se inspirarán estos grandes compositores, para lograr canciones como ésta, que nos hacen dejar lo que estamos haciendo, para escucharlas?
Tengo un amigo que no cree en el amor. Conversamos y nos contamos cosas, a veces cenamos, me presta música, libros. Y yo a él. Sí, ha surgido una bonita amistad, basada en la confianza, tanta confianza que ya no desembocará nunca en amor. Por éso mismo, porque ya nos conocemos mucho. El misterio de enamorarse y descubrise poco a poco, ya no surgirá.
Yo le digo, pues yo sí creo en el amor, aún teniendo un divorcio a mis espaldas.
¿Y un amor platónico? Le digo.
Los amores platónicos nunca se mueren. Por eso mismo, por platónicos.
Tan platónicos como imposibles. Te imaginas su olor, su sabor o la suavidad de su piel. Te imaginas sus dulces palabras y te imaginas que te has incrustado en su alma como él en la tuya.
La imaginación no tiene fronteras. El alma, tampoco.
Los amores platónicos están unidos a pesar de la distancia. No hay mar, tierra, aire o fuego que los separe.
Intento abrochar mi amor platónico, pero por más que busco, no consigo encontrar esmeraldas, diamantes, zafiros o corales dignos de ese amor. Y no sirve un broche cualquiera.

No hay comentarios: