domingo, 10 de mayo de 2009

PON TUS BARBAS EN REMOJO


Domingo, once y pico de la mañana, no debería de estar escribiendo aqui. Debería estar con los piés metidos en el agua fría de mi playita del Vao, sintiendo un adorable dolorcito en los tobillos y una caricia en mis hombros. Pero hoy no puedo, tengo demasiadas cosas que hacer. Cinco minutos, entonces, para Mi Pensamiento.
Recuerdo ésto que mi abuela Nena me repetía, "pon tus barbas en remojo". Las abuelitas hablan desde la experiencia, y que razón tienen. Yo nunca olvidé sus palabras, será porque acostumbro a quedarme con lo bueno, siempre.
Con estas palabras, ella sencillamente me quería decir que cuando las personas hablan mal unas de otras, yo debería saber que no estaría libre de sus malas lenguas.
Volví a recordar sus sabias palabras, en la cola del supermercado. Sentí unas enormes ganas de vomitar.
Todos los días robo unos veinte minutos de mi hora de comer, para pasar por el super a la salida del trabajo, porque no tengo otro momento. Hay otra señora que hace exactamente lo mismo que yo, por éso, sin conocerla, sé que está allí, todos los días, al pié del cañón. Ella eligió ese supermercado, y yo también. Somos, por tanto, buenas clientas.
Lo que ella no sabe, es que cuando agarró su bolsa de la compra, y salió, la fiesta empezó.
El gran pecado, que es muy charlatana.
El gran error de las propias cajeras, llamarla "la falapouco", criticándola injustamente con otras señoras que no tenían otra cosa mejor que hacer.
¿No habrán tenido una abuelita adorable que les enseñara lo que es saber estar, respeto y sinceridad?
Por esta vez me mordí la lengua para que me doliera y olvidarme de las náuseas. La próxima vez, ya decidiré si les vomito allí mismo, con la espontaneidad infantil que Dios me regaló y que conservo gracias a mis entrenamientos diarios, porque no quiero perderla. Y así, ese dia, no tendrán tiempo de hablar de "la falapouco", porque tendrán que limpiarlo todo, y al día siguiente, cuando yo termine de pagar y agarre mi bolsa, comentarán con las otras clientas que están en la cola "esa es la vomitadora". Ese dia, "la falapouco" se librará de nuevo. Como lo dirán a mis espaldas, no verán mi sonrisa mientras me alejo pisando fuerte con mis bailarinas, que son las que me hacen perder el tiempo, cuando me aburro, pensando con qué blusita y con qué cinturón las combinaré hoy. Posibilidad muy positiva. Me hace sentir bien.
Posibilidad menos positiva, pero juguetona y realista, sacar mi matamoscas imaginario, y mientras les arreo, les digo "malas, ya no quiero jugar más a este juego". También me hará sentir bien.

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