domingo, 17 de mayo de 2009

EL SISTEMA DE SEGURIDAD ESTA ACTIVADO


Hoy vendrán Sara y Lucas, por primera vez, a mi casa.
Como ya han cumplido cuatro mesitos, se reirán cuando entren, y al pasar por ese cuartito precioso que me he fabricado, mi hormiga Flick, mi simpática alarma, les gritará con su voz metálica "eh, amigo, has entrado en un hormiguero restringido, identifícate! Se quedarán con ojos como platos.
Lo que no tengo ni idea es lo que pensarán mis vecinos, pero no me importa, pensando que son bastante pesaditos. Discuten mucho, así que activo a Flick que es más agradable.
Y los de abajo tampoco me importan, tienen demasiado tiempo libre. "Mira, tienes ahí un tubo un poco oxidado porque encontramos motitas de óxido en la ropa". Eso me dicen. Bueno, pues ya lo pinté, yo misma, de blanco. Solucionado.
Estando en el médico para pedir las recetas de mis jefes, oí a un señor que comentaba el resultado de sus análisis. Estaba bajo de hierro. Yo pensé, ¡ay, que pena, ya pinté el tubo de blanco! tal vez el vecino que está bajito de hierro, cuando saque la cabecita por la ventana para mirar para arriba, y no precisamente para ver las estrellas, si abre la boquita, y el óxido que dice que cae de mi tubo le entra directamente por boca, ya verá como si le sube el hierro, respirará mucho, mucho mejor.
Que una mujer del siglo XXI, aunque esté sóla, vecinito, sabe pintar un tubo que se oxida, sabe que el techo de tu balcón, si tiene humedad, no es del suelo del mío, ya lo ha comprobado el Presidente de la Comunidad.
Creo que la humedad y el óxido de tu ropa, vecino, te sale de dentro, no te cae de ningún lado.
¡Abre esas ventanas dobles que has puesto, hombre! Deja que entre el sol, escucha la vida, mira a tu mujer, que la tienes ahí a tu lado, en vez de mirar para arriba. ¡Aysssssss!

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