lunes, 30 de marzo de 2009

PEDACITOS DE MI VIDA

Pedacitos de mi vida, Sara y Lucas, hacía días que no nos veíamos, por eso ayer entré en vuestro espacio de puntillas, sin hacer demasiado ruido, para que vuestra cabecita que aún estrena pensamientos, no se alarmara como Flick y me gritara “¡identifíquese, ¿qué clase de insecto eres?!” Ay como os vais a divertir con Flick, cuando empeceis a dar primeros pasitos y los papis os traigan a mi casita, ¡eso va a ser la caña! Cuando veais que tengo un montón de cosas que molan mogollón, mi hadita de fieltro colgada en la barra de la cortina, mi Pypo, la hormiga Flick que habla cuando alguien pasa a su lado, Panchito, que de un ladrido espantó a mi suegrita, vuestra bisa, que estaba en un marco y se metió él, jeje, ¡yupiiii!! pero shsssssss… niños, ésto ella no lo sabe, salvo que por casualidad un día entre en mi blog, cosa que dudo. Por si acaso entras, bisa, un beso, que yo siempre me quedo con las cosas buenas de las personas que han formado parte de mi vida, no lo hago por ellas, lo hago por mí, porque me hace sentir mejor que estar así como rechinchá por dentro, eso pone piel de lija y los ojos se quedan como pequeñitos, no no, yo me quedo con lo bueno y lo malo lo reciclo. Tengo varios cubitos imaginarios de diferentes colores y ahí lo meto, y me lo paso bomba mientras desayuno, con la Pitonisa Lola de fondo en la radio, y media atragantada cuando me da la risa porque pienso que a veces eras “picuíta” como decimos los cubanos, y nunca te dio la gana de darte cuenta que a los hijos se les mima mientras los tenemos las mamis, después ya le toca a su mujer mimarlos, ésa es la novia, no tú. Nada, esto para el cubito verde, el de la basura orgánica que se descompone del todo, y olvidao. Yo ahora si encuentro a quien mimar, lo mimaré a mi manera y será mi malcriaito, mi único malcriaito, porque mis niños ya tienen quien los malcríe y a quien malcriar. Han aprendido muy bien lo que es dialogar con el corazón. ¡Muy bien, sí señor!
Bueno, pedacitos de mi vida, mañana más besitos con ruidito en esos cacheticos color de rosa que teneis. Os mimaré muchito sin hacer interferencia en las señales que os mandan los papis, hasta que encontreis novi@. Sí, éso haré. En la justa medida, yo en mi huequito, y vuestra preciosa familia de cuatro, en otro. Eso es lo bonito de la vida y sus ciclos. Aunque os tengo que confesar otro secretito, me siento tan joven, que soy “el ciclón de mi nuevo ciclo”.

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