domingo, 15 de marzo de 2009

¡QUE HADITA TAN PRECIOSA!



Caminando por una calle peatonal, llena de gente, de comercios, de sol, en uno de esos escaparates atiborrados de cosas, la encontré. Pasaba tres dias a la semana, al salir del trabajo, de camino a la Escuela. Me paraba delante de ella, la miraba y seguía mi camino.
Pero ayer, de paseo con mis pequeños Sara y Lucas, me paré delante de ella, volví a mirarla, y entré. La compré. ¡Que linda!
Me gustó su vestido violeta, sus enormes alas del mismo color, me encantó la sencilla postura en la que está sentada, pero sobre todo, donde está sentada. Una bola de cristal transparente, llena de burbujas.
En las bolas de cristal se lee el futuro ¿para qué? Pienso yo. Es sorprendente que vaya él solito apareciendo cada mañana de cada nuevo dia. Hay un sueño escondido en cada una de esas pequeñas y transparentes burbujas, imaginariamente irán explotando, una por una, soltando lo que guardan.
No buscaré una foto en internet para este pensamiento, esa pequeña hadita tendrá su foto real, tan real como su sitio desde ayer por la tarde, en mi pequeña mesita de cristal y mimbre.
Cuando entre cada dia en mi casa, la miraré y me encantará. Otra de mis inmumerables alegrías, tan pequeña y tan inmensa.
Todas esas diminutas cosas que forman parte de mi dia a dia, sin valor material, de incalculable sentimiento, me hacen soñar despierta, y cerrando los ojos, sólo ellas me escuchan decir "mi vida".

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