miércoles, 4 de marzo de 2009

MI FRAGILIDAD FEMENINA


¿Sexo débil? Adoro formar parte de él. Presumo de fragilidad exterior.
Adoro que mi femineidad se huela a kilómetros.
Adoro sentirme tan bonita con tenis y calcetines de algodón de colores, como con media fina y tacón. Con vaqueros o con un sencillo vestido. Con el pelo suelto, recogido o con algún invento. Pero eternamente femenina.
Adoro pasar mi barrita de labios entre granate y roja, sobre los labios untados con vaselina, contrasta con mi pelo oscuro y mi cremita hidratante sin ningún color, de aloe vera. Mágica suavidad. Una ligera pasada por los párpados de sombra clarita del color de mi blusa, cepillito untado con aceite de ricino para cejas y pestañas, para mantener su color oscuro y brillante. Me miro y me remiro al espejo, "¡pero qué presumida!", pienso. Me sonrío y veo mis dientecillos hacia fuera cual ratoncito. ¡Pero qué traviesa! Me digo. Suena una música, bailo delante del espejo y me río. De día, de noche, siempre igual.
Uñitas cortas y limadas, brillito transparente.
Ellos se cuidan cada día más, afortunadamente para nosotras. Aquel viejo refrán de "el hombre es como el oso, cuanto más feo... ¿más hermoso?". Ni pensar. Cuanto más feo, peor para él y para nosotras. Se merecen, por tanto, que nos cuidemos para ellos. Me rindo con toda mi debilidad de mujer ante sus encantos. No perderé ningún escaño en la sociedad actual, al reconocer que, de igual manera, quiero que él se rinda ante los míos.
No quiero un dia especial, como el próximo 8 de Marzo, que me recuerde que soy una Mujer Trabajadora. Quiero ser una mujer trabajadora todos los días, sin ser una fortachona de pelo en pecho que puede con todo lo que le echen.
Quiero ser la más frágil y femenina para él. ¿Sexo débil? Aparentemente. ¿Fuerte? Sin alardear, tan sólo, demostrar. ¿Cómo? Con las eternas e inmortales armas de mujer, que ellos adoran.
"Me arrodillo, a los piés de su butaca preferida, me entretengo un ratito acariciando sus piés antes de calzarle sus zapatillas, después de un dia duro. Conversamos, o simplemente, nos miramos con ternura. Mañana, él dejará un par de margaritas silvestres al lado del exprimidor, antes de que comience mi jornada, que tampoco será fácil". ¡Que pena! suena el despertador, vuelvo a la realidad, hoy ni ellos, ni nosotras, tenemos tiempo para románticas bobadas. Pero soñar...no cuesta nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bello!! Muy cierto tu sentir!!
Yo comparto en casi todo lo que dices, salvo que soy un poquito más sumisa que tu y tengo asociada mi fragilidad y sumisión ante el hombre como características femeninas (hablo por mí). Hoy casi no existen mujeres sumisas y que disfruten de la sumisión ante el hombre y disfruten elevando su ego. Soy del siglo ante-pasado, del miriñaque.
Muy bonito el texto, bien redactado y con un final abierto, que deja lugar para que una ejercite la ilusión y los suspiros... características femeninas, en fin...
Cariños!!!