jueves, 26 de marzo de 2009

CANUTO, EL MAS TACAÑO DE MI PUEBLO


Canuto era un señor de mediana edad, claro que como yo era una niña, para mí era mayor. Estaba casado con Mery.
Mi mami nos mandaba alguna tarde a mi hermano y a mí, a buscar una botella de leche a casa de Canuto. Mery también hacia queso. Yo era una niña y no podía entender por qué en aquella casa habia leche y queso, y en la mía no. La vaca estaría por algún lugar de aquel inmenso patio lleno de frutales.
Tampoco podía entender por qué razón Mery era una mujer sonriente y agradable mientras nos llenaba la botella de leche, y en cuanto aparecía por la puerta Canuto, hacia una mueca feísima con la nariz y los morros de le torcían un poco. El ni la miraba. Lo conté en mi casa y fue tan gracioso que siempre me decían "a ver, ¿cómo hace Mery cuando llega Canuto?". Mi padre todavía lo hace a estas alturas.
Una tarde, encima de la mesa de la cocina de Mery y Canuto, habia tremenda cesta llena de huevos. Yo hacía meses que no podia comerme un huevo "salcochado", como decíamos nosotros, porque no había. Mientras Mery iba a buscar la leche, miré a mi hermano y no pude resistir el impulso de robarme uno de aquellos huevos y esconderlo detrás de la espalda. A Mery le gustó mi vestido, me hizo girarme de frente y de espalda para verlo bien. Yo con el huevo para alante y para atrás, pero conseguí llevármelo. Salimos corriendo con la botella de leche y yo con mi tesoro en la mano. Mi mami me regañó y no me lo quiso "salcochar". "No mi hija ¿y si está envenenado?". Le hice caso y me quedé con las ganas. Nunca se me olvidó aquella tarde y supe que mi mami se lo contó a Mery, que le dió mucha pena y le regaló no uno, sino una docena.
Nunca supe tampoco por qué Canuto tenía fama de tacaño en el pueblo, yo era feliz y no me preocupaba lo más mínimo, allá los mayores con sus problemas materiales. Pero ahora pienso que sí que era tacaño en dar amor, por éso a ella se le retorcía el morro cuando sentía entrar por la puerta aquello que no ofrecía besos, ni carantoñas, ni juegos, y nunca le diría nada bonito al oído.
Mery, ese Canuto se hubiera merecido que encontraras cariño en otra parte, y lo robaras, como hice yo con tus huevos. Con perdón.

No hay comentarios: