viernes, 23 de octubre de 2009

PUES YO NUNCA FUI FLOR. YO SIEMPRE FUI CAPULLO ¿PASA ALGO?


¡HALA! Por poner primero a la Flor de Feixoa. La verdad es que me gusta el nombre, sí sí, sois ocurrentes y todo. Brrrrr
Mirarme. Yo nunca fui flor. Aprendí a sacar el dedito para que me dejeis un poco en paz, que todos los días tenía que venir la pediatra por culpa de mis berridos, y se volvía loca porque no descubría qué me pasaba. ¿Que me pasaba, eh señoritas, que me pasaba? ¡Muerto de agujetas que estaba de vuestros apretones, salvajas! ¡ay Dios mío! Hasta el roce del pañal me lastimaba todo. ¡Hasta chupar la tetina me dolía! Y a la abu no se le ocurre otra cosa que llevarse para casa uno de aquellos micro biberones. ¡Solo de verlo ya me duele la mandíbula! Pero ella, para su vitrina. Yo creo que debe tener algún cadáver camuflao porque guarda todas las cosas con las que se encariña. Yo en esa casa no como fiambre ni cocido ¡Dios me libre!
Así que yo, de flor, nada de nada, ni se os ocurra inventarme un nombrecito de ésos para mí. NI-SE-OS-O-CU-RRA.
A-VI-SA-DAS. Caso contrario, me defenderé de manera, ejem...ejem, como diría Jesulín de Ubrique, en dos palabras,
IM PRESIONANTE.
Como mucho, como mucho, me dejaré llamar como esa canción que le gusta a la abu, la del capullito de Alelí. Sí sí, ése puede ser bueno.
¡Vamos, Flor de Feixoa, a comprar la tarta para mamuchi!

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