jueves, 15 de octubre de 2009

OYE LUNA...¡DIME!

No puedo evitar asomarme así, tan temprano, a mi ventana. Es tan fácil mirar hacia lo alto, y verte. ¡Magnífica!
El cielo de Vigo es envidiable. La prisa del día no me impide echarle una ojeada y comérmelo cada día un poco con los ojos.
Y te miro, Luna. Cada mañana tu silueta es más esbelta, más fina. Ya estarás acostumbrada a que te hable, desde tan abajo.
Por éso te pregunto. ¿Quien te come a pequeños mordiscos, Luna, durante la noche? Todos esos puntos que brillan alrededor, esparcidos, son vuestros besos, todo un derroche de amor.
Respiro hondo, y me repito lo bello que es vivir, y encontrar la ternura en la transparencia de lo que nos rodea.
Un regalo.
Aún tengo tiempo de verte un poquito más, para cargarme con toda tu energía, mi Cielo, mi precioso Cielo.

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