jueves, 1 de octubre de 2009

¿ME DEDIQUÉ A PERDERTE?


A veces, tenemos cosas importantes en la vida, a nuestro lado, que por estar ahí, siempre a nuestro lado, ni nos damos cuenta. Algo así como el interrputor de nuestra licuadora, el botón de la luz, el grifo del agua, y un largo etcétera. Hasta que uno de ellos decide fallar, no nos damos cuenta de lo bueno que era tenerlos cerquita y funcionando al cien por cien.
El bolsillo de nuestro pantalón debe estar enterito, para que no se nos escapen las monedas pequeñas. Un céntimo no sirve para nada, pero muchos céntimos juntos nos dan para tomarnos un café a media mañana.
Pero el bolsillo de nuestro corazoncito, debería estar lleno de agujeritos, por donde se nos puedan escapar fácilmente las pequeñas muestras de amor. Una palabra amable, una sonrisa expresiva y sincera, o una carcajada, una mirada cálida, un piropo, una caricia en la mejilla con el dorso de la mano, un te quiero sin ton ni son y unas lágrimas de emoción que respondan sin palabras.
Cuando suena esa canción, noto todos esos agujeritos en mi corazón, mientras pienso...
¿Por qué dedicarme a perderte, si puedo dedicarme a ganarte?

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