martes, 6 de octubre de 2009

COMO UNA PORCACHIÑA... OINKS...OINKS...


Adoro comer como una Porcachiña. Eso sí, como una Porcachiña sana.
Sé perfectamente lo que es la dieta disociada, separar los alimentos convenientemente para no engordar. Lo sé. Y a veces, hasta lo hago.
Para comer me pongo el traje de Porcachiña, de terciopelo rosa, con una cremallera que va desde el hombro izquierdo hasta el dedo gordo del pié derecho. Abre fácil.
Así que cuando llego de nadar, me quito la aleta de licra azul brillante, que también se quita en un pis pás, y me pongo rápido y muerta de hambre el de Porcachiña para comer a gusto y sin sentirme una Sirena glotona y culpable con ganas de vomitar todo lo que me he comido.
Estoy en una edad estupendísima, porque tengo padres, hijos y nietos. ¡Y yo en medio de tantas generaciones, pues sí que estoy fantástica!
Si en algún momento, alguna de estas generaciones decide meterme en un correccional, porque estiman que estoy un poquito alborotada, no pasaré ningún trabajo con la comida, todo estará delicioso para mí. Si hay un aparato de música y dispongo de ratos de silencio para soñar, estaré bien.
Pero éso no pasará, porque ninguno de ellos viviría feliz sin mis cariñosos OINKS...OINKS que esperan cada día.

No hay comentarios: