domingo, 18 de octubre de 2009

NENUFAR


Un puro Nenúfar puede ser el botón perfecto para abrochar un bonito domingo, mezcla de alegrías y melancolías.
Nadas sobre la transparencia, con lentitud, en aguas tranquilas, donde tu monotonía la rompe una suave onda, provocada por una piedrecilla lanzada al aire, desde una esquina, por alguien distraído con sus pensamientos.
Tal vez te despierte el croac croac de alguna ranita traviesa.
Te abres bajos los rayos del sol y te rindes a la luz de la Luna.
Te envidio tanto Nenúfar, por haber encontrado una limpia transparencia donde clavar tus raíces sin miedo de lastimarlas.
Sí, a mi vuelta de viaje, compraré Nenúfares, buscaré algún estanque alejado, y allí los soltaré, libres.
Será romántico sentarme en una esquinita, lanzar unas piedrecillas a lo tonto, distraída con mis pensamientos, y obsevar las pequeñas ondas.
He abierto tanto, pero tanto mi corazón, que he tenido una nueva ocurrencia, de entre tantas y tantas.
Te contaré tan sólo a tí, Nenúfar, Mis Pensamientos. Una piedrecilla, un pensamiento y una onda, otra piedrecilla, otro pensamiento y otra onda. Y yo imaginaré que te importa todo lo que te cuento, porque con cada onda, tú responderás con un gracioso balanceo.
Te buscaré a mi vuelta, Nenúfar.

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