Ser "tal cual", como mi DIAL de cada sábado por la mañana, es como un talismán.
Ser tal cual, me da pié para tener una respuesta diferente en una pequeña reunión de trabajo, donde se rompe por unos segundos la seriedad. ¿Donde compras los archivadores? Yo tengo un proveedor que me los deja baratos.
Ah, yo cuando me hace falta un A-Z me voy al chino.
Risas. No todas las secretarias son iguales, ni por supuesto, todos los jefes admiten este tipo de respuestas en una reunión.
Tengo mucha suerte en mi vida, simplemente, por haber sido siempre, "tal cual". Nadie se extraña con cabritilla.
Cabritilla, aparte de mantener rutinas, como la fidelidad a ese programa del sábado por la mañana, hoy ha querido meter ingredientes nuevos en su día, y en su carne asada. Porque dentro de mi vida rutinaria, que adoro, estoy en una etapa llena de acontecimientos inesperados. ¿Será un palito de canela que se me ocurrió meter en el bolso, para envolver su interior con un poco de magia? Será.
Hoy mi carne asada, que preparé entre baile y locura, tendrá ingredientes nuevos. O nos chupamos los dedos, o pedimos una pizza. Ya se verá. Cualquiera de las dos opciones, es buena.
Mi sábado de hoy es especial, empezaré fuerte con mis labores del hogar, continuaré fuerte con un maravilloso espectáculo en el Teatro de mi ciudad, donde seguro que me dejo parte del maquillaje y del rimel, cenaré un donuts y un café con leche cerca de otro espectáculo lleno de fuerza, diversión y glamour. Y mantendré la fuerza todo el día, porque me desperté con David Bisbal, esclavo de sus besos. ¿Algo mejor?
Ven sábado, atrévete conmigo. Atrévete tal cual.
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