jueves, 9 de julio de 2009

ANTES QUE DE LOS SAUCES CAIGAN LAS HOJAS



No sabes como te entiendo, Penélope. Sé perfectamente lo que es parar mi reloj. Sé perfectamente lo que es esperar fielmente por alguien. Sé que todos los demás te parecen muñecos al pasar, si de verdad tu caminante se durmió en tu corazón.
Sólo si tu corazón pasa por una etapa en la que parece nadar en un lago de miel, se entienden letras como las de Joan Manuel Serrat.
Pero, Penélope, si cuando él volvió, tú no lo reconociste, diciéndole "no es a tí a quien espero", es que ya en sus ojos no había amor.
Aunque los sauces mudaran de vestido cada otoño, uno tras otro, de la misma manera, tu caminante mudaría de piel, de rostro o de cabello, pero... sus ojos, Penélope, ¿como pudiste olvidarlos?
Nunca se olvidan unos ojos en los que te has mirado como en un espejo, aunque todos los sauces del mundo se queden sin hojas, otoño tras otoño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buneo cabritilla. A mi ex mujer no puedo mirarla a los ojos, poruq eno puedo olvidarlos