domingo, 8 de febrero de 2009

¡ADIOS, MI MUEBLE NEGRO A LA MEDIDA! TU TAMBIEN MERECES OTROS AIRES


Mueblecito, tan encajado en mis paredes, tan a medida, tan oscuro y, sobre todo, ¡tan distante! En esa salita justo al entrar, o al salir, siempre te echaba una ojeada, pensando lo difícil que sería desmontarte y dejar que la luz del sol entrara en esa pequeña estancia. Sabía que tenía que hacerlo, pero no sabía cómo. El "cómo hacerlo" era simplemente decidirme y no quedarme parada. Y así fue. El pintor se ofreció a desmontarte él mismo, es un buen profesional y llevamos años recurriendo a él. Gracias. Bajarte tabla por tabla al contenedor, nos llevó más de una hora, reorganizar todo lo que guardabas, un fin de semana enterito, ¡pero que satisfacción me ha quedado! Tuviste tu momento, seguías encajadito en las paredes, tan encajadito, que no sé cómo conseguías respirar. Me pongo en tu pellejo, o mejor, en tus tablitas, y ni te imaginas lo que te comprendo. Pero ya no encajabas en mi vida, todo tiene su momento.
Me ha quedado una salita chuli de verdad, sin comprar nada, una mesita de ordenador que a mis sobris ya no les encajaba en su momento, a mí sí, de madera muy clara, como mi vida actual, una mesita de mimbre que me costó Dios y ayuda atravesarla por la puerta del pasillo, pero yo solita me las arreglé y la metí "a presión" ¡vaya si la metía!, una estantería con mis libros y un sofacito de mimbre de mis niños cuando eran pequeños, como ellos, siempre de actualidad, sólo unos cojines nuevos para refrescarlo. Ahora buscaré unas cortinitas lo más transparentes posibles, para que los rayos de mi Lorenzo querido la atraviesen sin ninguna dificultad.
He madrugado para bajar al trastero las cosas que no necesito. Rescaté del trastero un payasito que me había regalado mi amiga Ana, y una muñequita de papel albal que hizo especialmente para mí mi sobrinita Raquel. Ambas cositas encajan en mi momento, el payasito es pura ternura y la muñequita, Raquel ha tenido la habilidad de darle una formita especial, apoyadita en una base rectangular, un pié en la base, pisando fuerte, el otro, como si las alas de un sueño le hicieran cosquillas en la planta, obligándolo a despegar, le elevó los brazos al cielo y unió sus manitas... es como si gritara al mundo ¡VIVA LA VIDA! ¡MARAVILLOSA MEZCLA DE SUEÑOS Y REALIDADES! Y EN NUESTRAS MANOS, LA VARITA ENCANTADA PARA REVOLVER ESOS DOS INGREDIENTES CON CONSTANTE SUAVIDAD, HASTA OBTENER LA POCIMA MAGICA!!!

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