sábado, 11 de octubre de 2008

DESAYUNO CON DIAMANTES


Mis sábados por la mañana son algo especial, tan especial como la preciosa melodía de Henry Mancini, llena de encanto.
Cuando traigo para la sala mi bandejita con mi zumo natural de varias frutas, café recién hecho y ese pan con nueces que compro, aún caliente, en el supermercado de mi barrio, que yo convierto en tostadas, unas con miel y otras con aceite de oliva, ésto es un "Desayuno con Diamantes".
Mientras escucho esa suave música, pienso que el diamante es una joya fuerte y brillante, como las buenas amistades y como un gran amor. Indestructible y para siempre.
No puedo evitar asociar esta melodia con el bello rostro de Audrey, cándido y sencillo, éste es el verdadero secreto de su armonia.
Sigo asociando, hoy tengo todo el tiempo del mundo, las cosas sencillas que nos rodean son las que de verdad aportan felicidad a nuestros dias. La joya más preciada.

1 comentario:

David Cotos dijo...

como tú dices, sencillez, Audrey era encantadora.