domingo, 30 de noviembre de 2008

EL ARTE DE SENTIR

Todos nacemos con un don especial, cuando este don es tener el sentimiento a flor de piel, el arte se complica. Yo escribo sin mirar el teclado del ordenador, con los ojos fijos en la pantallita. ¿por qué? Porque cuando llegué a España, eran tiempos complicados, no me convalidaron los estudios que habia cursado en Cuba, y gracias a la Obra Social de la Caja de Ahorros, pude entrar en la Escuela de Secretarias. Ya no existe. Era necesario dar cuatrocientas pulsaciones por minuto para aprobar el examen final. Claro que era un texto cualquiera, nada especial.
Cuando das cuatrocientas pulsaciones por minuto, y tu corazón bombea a otras cuatrocientas, la cosa se complica. Arma letal. No porque diga cosas feas, todo lo contrario, sino porque abro demasiado mi corazón, que es como un toro bravo. Cuando quiero, quiero, y que se hunda todo alrededor. No lo puedo evitar.
Cuando las sensaciones se me filtran por los poros de la piel, me recorre un escalofrío hasta las yemas de los dedos, tecleo, tecleo y tecleo, sólo que, cuando ésto ocurre, no me hace falta mirar tampoco a la pantalla del ordenador, cierro los ojos y cedo el paso a mi torito bravo.
Sé que no es lo normal, por éso he dedicado uno de "Mis Pensamientos" a esos seres que se consideran "diferentes" por el resto de la sociedad. Porque soy tan diferente y natural como ellos. Claro que juego con una "desventaja", percibo el desconcierto de los demás.

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