Uff! que vientecillo sopla hoy en Vigo. Yo no sé si es del Norte, del Sur, o de dónde, porque no le hago ni caso al hombre del tiempo, yo me levanto, con los rizos alborotaos, miro pal firmamento, y tengo el tiempo en vivo y en directo. Si veo estrellas, hará buen día, si no las veo, malo.
Hoy, como es domingo, me desperté y me dije, hoy me importas un bledo, firmamento, que llueva, que haga sol o que caigan chuzos de punta, me calcé mis zapatillas de 5 euros, y salí toda chulita pasillo adelante, de repente... ¡ZAS! resbalón, me quedé con las cuatro patas parriba, ¡toma firmamento!, ¡será cabrito! como diciendo, si tú no vienes hoy a por mí, cabra engreída, yo iré en tu busca, así que todo ahí sólo para mí, millones de estrellitas haciéndome la ola y el marco de la puerta tatuado en mi sien ¡me sentí tan ridícula! menos mal que aún llevaba la melena suelta y el rizo más gordo me cae justo ahí y amortiguó el golpe, sino, ni tiempo hubiera tenido de soltar mi último BEEEEEEE.
Me aparté los rizos patrás para verme el chichón, y me encontré guapa con el pelo recogío. Así que dije, no hay mal que por bien no venga, sigo viva, merezco un peinado elegante. Y no me vino mal el porrazo, no, no, me fui a la compra sin nota ni nada. Y me acordé de todo.
Y ahora me voy para mi sofá hecha un ovillito, que es de noche y hay mucho cabrito suelto, no me vayan a calcetar.
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