
Ni se te ocurra, melliza, asomarte por los barrotes de mi cuna con esa sonrisa! ¡Válgame Dios, que yuyuuuuuuuuuu!
Y si te asomas a media luz, ¡me dará algo!
Ahora lo entiendo, las tetinas de tu biberón y tu chupete los cambian a menudo, yo pensando que eras una enchufá de los papis. ¡Dios mío!
Yo si fuera los papis, cobraría por enseñar ésto. Mañana cuando vayamos a comprar el jamon york, me robo el aparato de coger los números, me lo coloco en nuestra moto de pasear por la peatonal, y el que quiera verte sonrerir, que haga cola y coja número.
¡Rico me haré a costa de tu bella sonrisa, melliza, por fin ricoooooooooo!!!!
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