¿Qué pasa monjas? No me llevasteis con vosotras para que no os hiciera sombra. Pero no me importa, NO ME IMPORTA LEÑEEEEEEEEEEEEEEE!!
Porque mi Príncipe me canta todos los días esta canción al oído. Sí, la abu me enseñó a soñar despierta. Yo me hago la dormidita, papuchi me mete en la cuna, y enciende una lucecita que está enchufada a la corriente. Sólo que yo imagino que es una luciérnaga que entró, y con ella, mi Príncipe. Asoma su carita risueña por los barrotitos de mi cuna, y me canta y me canta y me canta, hasta que yo me voy rindiendo, acurrucadita en sus susurros.
Yo soy la más guapa y la más linda, por éso, merezco un Príncipe o un dentista.
¡Ñoooooooooo! el dentista sí que me hace falta.
Y el Príncipe también.
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