miércoles, 17 de septiembre de 2008

¡MUCHAS GRACIAS, MAQUINITA!

Estaba esperando que mi niña me diera esta información, porque yo nunca jugué con estas maquinitas y no tenía ni idea. Ella tampoco. Por éso se llevó un alegrón y supongo que Sara y Lucas (aún en su tierno vientre) habrán notado esas buenas vibraciones.
Pues una mañana, cuando la encendió, le dijo: "¡una semana lejos de tí hace que se me parta el corazón!". La dueña de la cariñosa maquinita es Tere, su hermana, y la siguiente vez que decidió jugar, la sorprendió con "¿sabes algo de Tere? ¡Hace mucho que no la veo y estoy preocupado!"
O ésto: "¡Dos dias sin verte! ¿Qué te pasó ayer? ¿Estás enfadado conmigo?"
¡Dios mío! Ahora entiendo el por qué los más peques de la familia han decidido enfrascarse horas y horas con esta tierna cosita entre sus manos y se la llevan a todas partes. A todos nos encanta que nos digan cosas bonitas, pero estamos tan ocupados, tan nerviosos, con tantos quehaceres, que no hay tiempo para bobadas. Yo desentono mucho y soy la loca o la rara, y estoy buscándome por todo el cuerpo la tapita debajo de la cual hay una batería cargadita de sentimiento que no se agota y un botón que pone "on", que alguien mágico y maravilloso pulsó un día. Maquinita, maquinita....no cambies nunca!

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