viernes, 5 de septiembre de 2008

LA FRIALDAD DE LA FUERZA


Había una vez un viento muy fuerte y muy frio, que con osadia retó al Sol. ¿Qué te apuestas, a que con mi primer soplo, a esa viejecita que va por ahí abajo, le arranco ese manto de lana? El Sol lo miró con humildad y con tristeza, pero no le contestó nada. El fuerte viento empezó a soplar......y a soplar, y cuanto más fuerte y más frio soplaba, la viejecita se agarraba con más fuerza a su manto. El viento quedó exhausto. Entonces el Sol, empezó poquito a poco, con dulzura y tibieza, a mandarle sus cálidos rayitos a la viejecita, que suavemente le respondió también, quitándose con dulzura su manto de lana. El sol también le sonrió a ella. Al viento, lo ignoró. ¿Para qué perder su precioso tiempo con él? Mejor emplearlo con quien lo sabe apreciar de verdad.

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