Tampoco vais a leerme, ¡estais tan lejos! ¡estais tan cerca! así es el resto de la vida de los que abandonamos la tierra donde nacimos y crecimos. Como una plantita, echas raices de nuevo en otro lugar lejano, y ya no eres ni de allí, ni de aqui. O mejor dicho, sí, eres de allí y de aqui también. Sé que este ciclón no va a poder con ustedes, nos hemos acostumbrado a luchar por el dia a dia y a agarrarnos con uñas y dientes para sobrevivir. Nuestro carácter caribeño nos ayuda a sonreir a pesar de las dificultades. Miren por donde, se me ocurrió esa anécdota del viento hace unos días, pues así os habreis defendido durante estos dos dias, agarrando muy fuerte vuestro manto de lana, hoy, sin duda, el sol saldrá, brillará con su fuerza acostumbrada y les llenará de energía para reconstruirlo todo de nuevo. No me cabe la menor duda.
Mi familia y mis amigos que nunca pierden ese color canela, ese lugar que ocupan en mi corazón es insustituible.
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