martes, 30 de marzo de 2010

PENSAMIENTOS DE UNA RANITA







Soy una ranita afortunada. Vivo aquí, en este estanque, saltando de nenúfar en nenúfar.
Por casualidad, alguien se sentó cerca de esta charca, una tarde de invierno, con un pequeño libro de Monet.
Me llenó de orgullo saber que Monet también tenía pasión por los nenúfares. Tanto, que se construyó un jardín con un estanque llenito de Nínfeas, con puente de madera y todo. Este paisaje después lo pintó y se puede contemplar en el Museo del Louvre, en París.
Aún así, pienso que hay que tener agallas para regalar esta planta en invierno, cuando apenas son cuatro hojitas colgando.
¡Momentos de inspiración! ¿Llegaría a sus manos?
Eso sí, en verano su flor es delicada, de una belleza pura, a pesar del lodo del estanque.
Yo, una simple ranita, con ésto llego a la conclusión de que la pureza está en nosotros mismos, sea cual sea el ambiente que nos rodea.
Y ahora me voy a subir en una de estas Nínfeas para llegar al otro lado de la orilla.

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