domingo, 28 de marzo de 2010

¿ME QUIERES MUCHO? ... ¡COMO LA TRUCHA AL TRUCHO!


Las hojas secas, víctimas del otoño, crujían bajo la planta suave y rosada de sus piés.
Caminó a través de los sauces llorones, que le acariciaban los hombros.
La Luna la enfocó, vistiéndola de luz. Ven, vayamos juntas a mirarnos en el río.
Bajo la agitada superficie, la trucha jugueteaba a perseguir al trucho.
No le daba miedo el aullido de los lobos, en cambio, la entristecía el sonido de la corriente, que seguía su curso a tropezones con las piedras. Se le antojaba un lamento.
Se acurrucó en la noche, y una pareja de visones salvajes se enredaron, vivos, en su cuello.
Cerró los ojos, para escuchar con atención aquel silencio.
Pronto se durmió, y entre sueños, sintió que una voz le preguntaba "¿me quieres mucho?", "como la trucha al trucho".
Contestó, sintiendo la presión en su garganta. Los visones también se estaban abrazando.

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