Mis cuatro o cinco blusas favoritas, reinas de mi armario, me han costado cuatro perras.
Como todo lo bonito de mi vida, sin buscarlas, las encontré.
¡Que tontería! diría cualquiera después de leer ésto. Pero no, no lo es.
Hoy les dediqué un tiempo, para descoser con toda mi paciencia las etiquetas.
Difícil y, además, les ha quedado la marca donde han estado cosidas tanto tiempo.
Como yo todo lo enfoco al amor, porque vivo eternamente enamorada, pienso que un buen amor en tu vida, es tan delicado como una de mis preciosas blusas.
Esa etiqueta no logramos descoserla jamás de nuestro corazón. Sería un gran error intentar arrancarlo. La marca que deja es tremendamente visible.
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