miércoles, 6 de enero de 2010

MIS REYES MAGOS


Despacito...despacito, entré a las seis y media de la mañana. ¿Habrán venido ya? Pensé.
De puntillas, para no despertar a los vecinos con los tacones, eché un vistazo de reojo a mi arbolito, que este año se me antojó ponerlo de color blanco, con bolas plateadas y azules. ¡Lindooooooooooo!
¡Cuantos paquetitos! Pequeñas cosas, muchas, muchas, muchas pequeñas cosas. Pero no era hora de abrirlas todavía. La ilusión duraría unas horitas más.
No les escribí ninguna carta, porque me encantan las sorpresas, y ellos lo saben.
Y pienso que ellos también entraron de puntillas, para no despertarme. Me los imagino asomándose en mi habitación, y con cara de extrañeza, se preguntarían ¿dónde estará a estas horas? ¿que hace toda esa ropa encima de su cama? parece que no se decidía por ninguna, pongamos las sorpresas debajo del árbol nevado antes de que vuelva, ¡rápido, rápido!.
Hemos estado a punto de cruzarnos en las escaleras, disolviendo toda la magia en la realidad. ¡Menos mal que no ha sido así, puedo seguir soñando!

No hay comentarios: