
¿Qué puede suavizar una dura butaca de cuarto de hospital?
¿Qué puede ensordecer los pasos acelerados de las enfermeras, de los celadores, y de sus carritos?
¿Que puede poner magia al ruidito, no... no tan malo, del burbujear del oxígeno en una botellita amarrada a la pared, de la que colgaba una mascarilla que ahora tiene dueño?
Una mano frágil aprieta la mía, buscando vida. Yo tan solo la extiendo, por miedo a lastimar.
En medio de la gente que sufre, pienso, ¡que bueno sería ver entrar a un angel que rozara los párpados de todos con sus alas!
Pon un poco de silencio, Julio Iglesias, con tu dulce canto.
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