lunes, 7 de junio de 2010

MI AMIGO IMAGINARIO



Si fueras tristeza, mi amigo imaginario, yo me convertiría en lágrima.
Si fueras alegría, mi querido amigo, yo sería tu estruendosa carcajada.
Si fueras un mimo, yo tu gesto preferido.
Si fueras pintor, tu musa.
Si fueras piano, tus teclas. La blanca, o la negra. ¡Que más dá!
Si fueras música, tu inspiración.
Si fueras dolor, tu grito.
Si fueras olvido, yo tu recuerdo
Si fueras...si fueras...si fueras...

Eres mi amigo, mi amigo imaginario. Según Nietzsche, ¡un superhombre!
¿Por qué, mi querido amigo imaginario? Tan simple, como que eres un niño, y como tal, eres inocente, crees en tu propia moral, y sigues tus propios valores.

Y si fueras el mar, mi querido amigo imaginario, yo tu enamorada Sirena, para que nunca dejes de ser... ¡tan salado!.

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