jueves, 26 de noviembre de 2009

SE PERMITE FUMAR


Cuando voy por la calle y veo uno de estos letreros, me dan ganas de escribir debajo "¿Y CAGARSE, SE PUEDE?
Pensando que soy alérgica al humo del tabaco, me hincha los ojos, me aprieta el pecho, me irrita los bronquios y no me parece agradable respirarme eso que entra en otra persona y lo vuelve a sacar ¡que asco! pasando por todo lo que tienen por dentro que cada vez es más difícil averiguarlo.
Oigan yo entro porque a lo mejor resulta que me gustan los bocatas que sirven, o sencillamente, su café.
Cuando todavía nadie soñaba con que un día se tomarían medidas, yo revolucionaba Roma con Santiago. Aquel compañero de trabajo que era una chimenea ambulante, me ponía del hígado.
Mi única defensa era abrir todas las ventanas de la oficina de par en par, sin irritarme, ante los gritos de los demás. ¡Pobre del que las cerrara! El fumaba y los demás se congelaban. Hasta que el jefe decidió tomar medidas.
No tuve que llegar a cagarme nunca, y el ambiente de la oficina recobró la calidez. Fue uno de los primeros en ir a fumar a la acera.
Bueno, pensando que pronto empezaremos a comprar Lotería de Navidad, y dicen que pisar caquita dá suerte... ¡Uy, no seré yo quien dé ideas!

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