El cachondeíto ha estado servido, señoritas, desde que ví la carita del ginecólogo cuando me ayudó a salir por ese túnel oscurísimo. Su cara ya me hizo sospechar que algo no iba demasiado bien. ¿Cuánta gente pasó por la habitación donde un bebé como yo sólo quería mamar y dormir, eh, cuánta?
Y ahora que todo me ha crecido, estoy fuerte como una roca, a ver quién de las dos es la valiente que se atreve a vestirme de toro bravo. Ahora yo elijo lo que quiero ponerme, y esta cosa marrón llena de manchas y con cuernitos, no quiero ni volver a verla.
Yo soy todo un señor y quiero vestir elegantemente.
Conmigo ya se acabó el cachondeo que teneis. Ir a reiros a otra parte.
Me divorcio de las dos. Mañana mismo me voy a rellenar los impresos para pedir el divorcio express como hizo la abu con su "Ñó".
Y después...A VIVIRRRRRRRR!!
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