domingo, 25 de julio de 2010

EL GUARDAESPALDAS DE LA LUNA



Ella no sería la misma sin su guardaespaldas, siempre fiel, a una distancia prudencial y lleno de luz.

El cielo es muuuuuucho, muuuuuucho mas inmenso, pero este cachito es lo que consigo ver desde el balcón de un quinto piso, en medio de la ciudad.
En el pequeño rectángulo de mi cámara de fotos, me invento un escenario, allí, en lo alto.

¡Pasen, señoras y señores! ¡Vengan a contemplar nuestro espectáculo de hoy, "El Guardaespaldas de la Luna". La entrada es libre.
Se abre el Telón de los Sueños. ¿Quien ha colocado guirnaldas en el cielo? ¡noooooo! no son guirnaldas. Son los destellos de sus miradas, esas miradas que se dedican en complicidad, y se van quedando ahí, colgaditas en el manto negro.

¡Que pena! un sensor mágico, invisible, colocado a la salida, delata a los que no han sido capaces, durante el espectáculo, de atravesar el rostro iluminado de la Luna, y encontrarlo a él, justo detrás, con luz propia. Lo sentimos, tendrán que pagar una multa. Prueben la próxima vez, soñar...¡SOÑAR ES FACIL! Ya verán, señoras y señores, ya verán como lo consiguen.

Y mientras mis dedos parecen bailarines embriagados de amor sobre el teclado, se cierra lentamente el Telón de los Sueños.

Pero mañana, estés en la cara del mundo que estés, ella, y su Guardaespaldas, volverán a brillar.

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