Entre monería y monería; entre cabritadas y cabritadas; entre payasadas y payasadas; están ellos: el hombre más veterano de la casa... y el benjamín.
¡que curiosa es la vida! un momento maravilloso para darnos cuenta de lo que somos, cuando nacemos, y a lo que volvemos, cuando envejecemos.
Los dos balbucean, los dos juegan, los dos necesitan apoyarse en nosotros para caminar, los dos adoran que los peinen, y un larguísimo etcétera en común.
Soy una mujer muy afortunada, tengo que dar gracias a la Vida, por regalarme una experiencia tan inigualable como ésta.
Una tremenda lección de realidad.
Y me pilla en un momento mágico. Con el corazón de quinceañera enamorada hasta las trancas. ¿Correspondida? Bueno, cierro mis ojos, y juego con mi corazón al "veo, veo...¿que ves?". Doy rienda suelta a mis ilusiones, mientras Rafhael me canta.
Sí, una mujer tremendamente afortunada. Eso es lo que soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario