Bueno, nunca entendí ese nombrecito de la "mona de Pascua". Yo estoy mona todo el año, pero hoy, que es Pascua, estoy moníiiiiiiiisima.
No es que lo esté, simplemente, me siento mona. Eso es lo importante.
Una bella sonrisa, un lacito, un abrigo de piel natural y pequeños y brillantes ojos.
Soy la travesura de mi selva, y para sentirme bien, siento la imperiosa necesidad de hacer el mono cinco minutos cada día.
Domingo de Resurrección, un día espléndido para ser salvajemente natural. Como la Vida misma.
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