miércoles, 18 de junio de 2008

QUE BUENO ES DESENTONAR CON EL RESTO DEL MUNDO


Ocho y treinta de una preciosa mañana de Junio, es tan bueno el primer café, caliente, fuerte y aromático, como la reconfortante ducha que despierta los cinco sentidos.
Salgo a la calle y respiro hondo, dispuesta a agarrar un nuevo dia por los mismísimos cuernos. Decido caminar hasta la oficina, media hora de paseo, como los más pequeños que me cruzo en el camino, con su pequeña mochila y su carita ingenua, de la mano de un adulto, yo voy imaginando también mi travesura del día, tengo una gran suerte, siempre se me ocurre algo y no puedo evitar sonreir, me doy cuenta de que sonrío, porque los demás me miran; me doy cuenta de que desentono, por la expresión de sus caras; me doy cuenta, también, de lo mucho que me gusta desentonar.

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