martes, 4 de enero de 2011

CON TODO EL RESPETO



Soy de los Reyes Magos de Oriente, aunque confieso que mi favorito, desde niña, es Baltasar. Sigo fiel a su piel tostada y sus candorosos ojos. Son un equipo, así que mi cariño por él, dá fuerza al resto, a los que también quiero.
Papá Noel apareció después, como un mensajero de otra cultura, y tampoco está mal.
Entre ellos se respetan, cada uno sabe que tiene su lugar y su momento, y un único objetivo, el bienestar de todos aquellos niños y mayores que han depositado en ellos su confianza y sus tremendas ilusiones.
¿Veis? Papá Noel se baja despacio del balcón, su momento terminó, y dá la bienvenida a los Reyes Magos de Oriente, que llegan cansados de un largo viaje para hacernos felices a todos. "¡Hasta el año que viene, viejo, buen viaje de regreso!" parecen decir los tres Reyes Magos. "¡chao, queridos, feliz cabalgata, no defraudeis a toda esa gente que os espera con esperanza!", contesta el gordito de mofletes sonrosados.
Sería una tremenda vergüenza que durante la cabalgata, mañana, se comportaran como los protas de los programas del corazón. ¿que pensariamos todos? ¿volveríamos a depositar nuestra confianza en ellos?
El éxito de los trabajos en equipo no consiste en competir entre sus miembros ni apartar por miedos y resquemores a alguno de ellos, sino en colaborar y brindar a todos las mismas oportunidades de participar.
¡Bravísimo, Papa Noel! ¡Bravísimo, Reyes Magos de Oriente! Mi zapatito ya está debajo del arbolito. No sé si sereis capaces de traerme lo que os he pedido, que los seres humanos aprendan a respetarse, no a pisarse, los unos a los otros, y una lata de garbanzos de kilo y medio, necesito irme en propulsión a la Luna, e intentar entenderme con un señor de cuatro ojos, cinco brazos, cuatro piernas, ocho antenitas y una piel azul o verde fosforito. Eso sí, con corazón.

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