viernes, 14 de enero de 2011

ALLI...DONDE ROMPEN LAS OLAS




Me siento algunas tardes de domingo, cerca del mar. Un humeante café, un buen libro y silencio.
Solo mi presencia, y su ausencia. Nada ni nadie más.
"Soy feliz, papi, y estoy contenta". Le decía cuando estaba a su lado y él aún tenía ganas de escucharme.
Después, ya me limitaba a sentarme muy cerca, untarle colonia y peinarlo con suavidad con un cepillito que conservo.
El tiempo se iba agotando al mismo ritmo que él, y yo me daba cuenta que no sólo se iba mi padre, sino mi amigo. Se lo había contado casi todo.
Su sonrisa era mucho más bella, pero su sentido del humor ha quedado inmortalizado en esta fotografía con dientes de yuca.
¡Todavía me hace reir!

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