martes, 9 de noviembre de 2010

PECADO ORIGINAL



Envuelta en lo que "mola" hoy en día, ese "libro de caras" donde nos divertimos, nos decimos cosas que se nos ocurren, nos enviamos mensajes, concertamos citas, agregamos amigos, nos aceptan, y un largo etcétera, me remonto, no a la época de mis bisabuelos, no, no, sino a los mismísimos Adán y Eva.

En aquel Paraíso, libre de contaminación ambiental, en medio de la naturaleza brava, bajo la luna, las estrellas, tal vez cerca del mar, o de algún riachuelo, puedo imaginar lo dulce que estaría la manzana de Eva, y lo tiesa que estaría la serpiente de Adán.

¿Pecado? Pecado es estar frente a la pantalla del ordenador agarrando un ratón que ni siquiera es el de Susanita, que por lo menos dormía cerca del radiador y comía chocolate y turrón. Mi ratón tiene la bola esa que rueda por la alfombrilla requetegastada, se me atasca y se llena de bolitas negras que no son precisamente de anís.

¿Llegará un día que el roce de las manos sea virtual?

¡Démonos prisa, por si acaso, y experimentemos tan placentera sensación! Tal vez, para las generaciones del futuro, ese gesto sea "Pecado Original".

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