Una bella música, como el Concierto de Aranjuez, puede levantar pasiones.
Las mismas pasiones que levantaba el silencioso lenguaje de los abanicos. Puedo imaginarme aquellos salones antiguos, llenos de luz, de señoras elegantes y caballeros galantes. Ellas iban acompañadas de su madre o de una señorita de compañia, era necesario ser discretos.
No hacian falta las palabras. Los abanicos que ellas manejaban hábilmente, calaban profundamente en el corazón de sus enamorados. Con un simple gesto eran capaces de gritar un ¡te quiero! o un ¡no me olvides!
El lenguaje de los abanicos enmudeció con los modernos SMS o el "aquí te pillo, aquí te mato".
¡que pena! en la fase mas bella del amor, la conquista, nuestro corazón enamorado nos ofrece un abanico de ideas, ante las cuales, nuestro galante caballero... se quitará el sombrero.
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