martes, 12 de octubre de 2010
TERNURA QUE HUELE A NARDOS
Los nardos frescos de mi jarrón, se mezclan con la dulce sonrisa de Manuel Alexandre, que se asoma por la pantalla de mi televisor, saludando con su último adiós.
Respiro hondo toda esa ternura que transmite, mientras pienso ¡que gran pérdida para el cine y el teatro español!
Cada vez que huela a nardos, Manuel Alexandre, recordaré tu rostro. Y cada vez que recuerde tu rostro, me olerá a nardos.
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