lunes, 7 de febrero de 2011

ESPERAME EN LA CALLE DE ALCALÁ




¿Cuántas de nosotras hemos sentido el impulso de decírselo con flores?
¿Alguien nos ha hecho pensar que aún quedan amantes a la antigua?

Camino cada tarde por la calle de Alcalá. Y la observo, vendiendo sus nardos a los caballeros, mientras entona una bella canción.

Embriagada por el perfume de sus nardos y su voz, me acerco, vestida de caballero. Cuando ella prende la flor en mi solapa, yo me quito el sombrero. ¡vaya, que sorpresa! mi melena oscura y mi amplia sonrisa femenina, la desconciertan.

Pero...la sorprendida, soy yo. Debajo de su vestido estampado, cubierto por un amplio mantón, hay un bello caballero.

Y cuando suena mi despertador, a las 6:45, los nardos de mi jarrón son tan reales como mi romántico sueño.

Te esperaré, mi amante a la antigua, porque no consigo embriagarme con el perfume de lo moderno. Algún día, tú y yo, nos encontraremos...en la Calle de Alcalá.

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