Hola Sirenita, ya sé que cuando te asomas, es que necesitas respirar hondo.
Mira, Sirenita, lo que te estás tomando tan en serio, hace una eternidad, nadie lo entiende. Lo toman a broma, diría yo.
¿Por que no haces lo mismo, eh?
Te ayudaré. Te prestaré mi Bob Esponja. Es un secreto, no le digas a nadie que cuando salimos del chino, yo lo llevaba en la mano. Ni cuenta se dieron hasta que con la uñita del dedito índice, intentaba arrancarle el precio. No volvimos a entrar para devolverlo. jijijiji. Total, es un pequeño llavero.
Toma, Sirena, te lo presto, para que enjugues con mi Bob Esponja esas lágrimas que están inundando el mar. Mírame, mírame a mí. ¿eres capaz de superar mi sonrisa? ¡claro que sí! Algun día yo también necesitaré tener esa misteriosa melancolía, y tú me devolverás a mi Bob Esponja. ¡trato hecho!
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